Aunque parezca una pregunta trivial, la pregunta tiene miga.
La Urología Pediátrica no está reconocida ni como especialidad ni como subespecialidad en la mayor parte de países del mundo.
Según la European Society for Paediatric Urology (que es la sociedad científica sobre Urología Pediátrica más importante de Europa y posiblemente del mundo), se considera urólogo pediátrico a aquella persona que dedica entre el 80 y el 100% de su trabajo a tratar las patologías genitourinarias de los niños. Esta definición os podrá parecer curiosa, pues podríais pensar que hay urólogos pediátricos que dedican un 20% del tiempo a hacer otras cosas, como regar plantas (o escribir blogs).
Para aclarar esto, hay que volver un poco atrás en el tiempo. Antiguamente, cuando el conocimiento científico era escaso y una sola persona podía almacenar en su cabeza todo (o casi todo) lo que se sabía sobre medicina, era común que los médicos hicieran un poco de todo: sacar una muela, atender un parto, tratar una fiebre con un brebaje… A medida que el conocimiento científico fue aumentando, los médicos se obligaron a especializarse: neumólogos, cardiólogos, gastroenterólogos… Los cirujanos, aunque más tarde (los avances técnicos fueron mucho más lentos), también tuvieron que especializarse: cirujanos digestivos, neurocirujanos, urólogos…
Pero… ¿qué pasó con los niños? Los especialistas de adultos tenían miedo de los niños. Eran pequeños, frágiles y sus enfermedades eran totalmente diferentes a las que ellos estaban acostumbrados. Sí, los niños tienen infecciones; pero son diferentes a las infecciones que tienen los adultos. Sí, los niños tienen tumores; pero son tumores del desarrollo y se comportan de forma totalmente diferente a los tumores del adulto. Y los niños, a diferencia de los adultos, tienen malformaciones congénitas, muy diferentes a las enfermedades típicas de la vejez.
Por lo tanto, los especialistas de adultos dejaron en manos de los pediatras todas las las enfermedades de los niños, tanto si eran enfermedades del pulmón, del corazón, del sistema nervioso o del aparato genitourinario. Los niños fueron tratados médicamente por los pediatras y quirúrgicamente por los cirujanos pediátricos.
Las subespecializaciones médicas y quirúrgicas en los niños han ido apareciendo muchísimo más tarde que en los adultos. Así, especialidad es médicas como la neuropediatría, cardiología pediátrica, oncología pediátrica, etc., son muy recientes. De la misma manera, las subespecialidades quirúrgicas infantiles también son muy recientes.
La Urología Pediátrica es una subespecialidad quirúrgica que trata las anomalías genitourinarias infantiles, desde la época fetal hasta la adolescencia.
Pero… si se trata de una subespecialización, ¿es porque es una rama de otra especialidad “madre”? Pues así es. En Europa los urólogos pediátricos somos generalmente cirujanos pediátricos que nos dedicamos exclusiva o casi exclusivamente a la urología infantil. En América, en cambio, los urólogos pediátricos acostumbran a ser urólogos de adultos que se especializan en tratar niños. Cabe decir que hay excepciones, y que en nuestro país también hay urólogos de adultos que se dedican a tratar solo a niños.
Sea como fuere, esta es la razón por la que se considera a un urólogo pediátrico aquél que dedica más del 80% de su tiempo a la urología pediátrica. No debe dedicar más del 20% de su tiempo a tratar pacientes adultos (en caso de ser un urólogo de adultos) o de tratar otras áreas del cuerpo (en caso de ser un cirujano pediátrico).
El alto desarrollo técnico y científico de nuestra era nos obliga a los médicos a subespecializarnos cada vez más. Y esto es más cierto cuento mayor sea el nivel de un Hospital y de un Servicio. Cuanto mayor es el nivel de complejidad, mayor debe ser el grado de subespecialización.
Aún así, y siendo “solo” una subespecialidad, la Urología Pediátrica es muy muy amplia…
Pero esto lo iremos viendo a lo largo de este blog…
¡Un abrazo y hasta pronto!